domingo, 17 de octubre de 2010

Un palacio en Torrelodones.

Pensando y pensando en cómo podría ser la presentación de este blog y en algo que tuviera que ver con la imaginación me acorde de una de las anécdotas que me han contado desde que era muy pequeñita.
- “¿Sabéis que? Yo tengo un palacio de cristal en Torrelodones, con el suelo de chocolate, las ventanas de caramelo, regalizes como columnas y paredes de chicle, yo voy por mi casa, quiero un poquito de chicle, cojo de una pared así (hace el gesto como si cogiese) y  me lo como…”
Pues esta niña de 6 años era, hace mucho mucho tiempo, nada más y nada menos que mi madre. Hasta ahora no he conocido una historia sobre imaginación más divertida que esta, ya que tenia corrillo en los recreos mientras les contaba a sus compañeros cada detalle del palacio y disfrutaban imaginando lo “chuli” que sería cuando les invitase a ir.

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